Es un antiguo artefacto de plata que guarda un poderoso significado según la leyenda. Cuenta la historia de un joven monje versado en la doctrina Bön, que vio en los elementos de la naturaleza una esencia espiritual. Fue este monje quien descubrió la forma de hacer realidad los deseos más anhelados .
Después de una profunda meditación, el monje concibió un cilindro alargado de plata al que le añadió una pequeña anilla para usar como colgante, manteniéndolo siempre cerca del corazón. Este colgante se bautizó como el Cofre de los Deseos.
El monje escribió su deseo más sincero en un pergamino, junto con un secreto que solo él conoció en el reverso. Al introducir el pergamino en el Cofre, el deseo adquirió una esencia propia y, al permanecer junto a su autor, se potenciaron las posibilidades de que se cumpliera, gracias a su conexión espiritual y mágica.
La leyenda dicta que una vez que el deseo se cumple, el pergamino debe ser destruido mediante el fuego purificador. Este acto ceremonial permite que el deseo realizado se once y guarde el secreto para siempre. Luego, el Cofre está listo para recibir un nuevo deseo.
En caso de que el deseo no se cumpla después de tres meses, se puede revitalizar el poder del Cofre mediante un baño de luna llena. Para ello, basta con envolver el Cofre en un pañito blanco y dejarlo toda la noche en la ventana o en el balcón, para que los rayos de la luna llenen lo carguen con una nueva energía.
El Cofre de los Deseos es una herencia legendaria que nos invita a conectar con nuestros anhelos más profundos. Con su conexión espiritual y mágica, se convierte en un amuleto que potencia nuestras posibilidades de hacer realidad nuestros deseos. Siguiendo los rituales y tradiciones asociados a este antiguo artefacto, podemos mantener viva la esperanza y la fe en la manifestación de nuestros sueños.